Con los amigos, a los que uno elige, hay que combinar palabras como sinceridad, confianza, escuchar, "cumplir la palabra", integrar,... para poder convivir en armonía y felicidad. Y con los que no eliges debes hacer exactamente lo mismo.
La necesidad de entender y ser entendido debiera ser una máxima primaria en la convivencia, y si estos comportamientos cívicos se aplican a la vida diaria, dejaremos atrás la intolerancia.
Tolerar las críticas, dejar atrás los sentimientos y sensaciones personales a favor del dialogo parece que tiene que ser el único camino para llegar a un fin común.
Partir de cero.
En el convencimiento de que todos queremos lo mismo, luchamos por lo mismo y con un fin único: Avilés.
No se si por esto se dará aludido alguien, o me doy por aludida yo misma.
Pero es mi sincera intención. Ya estoy cansada de tanta lucha “fratricida”, sin sentido y por un mismo fin común. No se puede dividir los esfuerzos.
Por esto y por que podemos formar un gran equipo si se liman las asperezas, dando un paso adelante en beneficio del dialogo: tiendo mi mano la primera.
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