lunes, 7 de septiembre de 2009

Otra del sistema sanitario español

Ayer me he tenído que pasar unas cuantas horitas en el servicio de urgencias del Hospital San Agustín y la verdad es que como siempre ha sido una experiencia inimaginable.

Todo empezó el sábado por la tarde que tras un resbalón y por no llevarme por delante a un par de pitufillos, me despatarré. El dolor fue intenso, pero como se me señaló muy amablemente en urgencias el domingo a las 9.45 h, fuí un pelín bruta aguantando el dolor. Acabemos...... resultado de la exploración: fractura, sin desplazamiento, de peroné. Así que 3 meses, más-menos, fuera de servicio.

Pero a lo que íbamos........ Lo de la experiencia inimaginable. Una llega a urgencias que se tira por las paredes de dolores y lo primero que se encuentra a la entrada es a un señor, por lo visto habitual del servicio, durmiendo la mona en una silla, que casualmente iba a necesitar yo, ya que no podía posar el píe en el suelo. Una bedel le indica al susodicho que se tiene que levantar que ya lleva muchas horas allí y que se tiene que marchar, con su alta médica desde hacía varias horas. El rifi-rafe que montó el tipo en cuestión fue de órdago a la mayor. Y la bedel con la paciencia del santo job intentando razonar......... Primera conclusión: ¿para que están los servicios de seguridad del hospital? ¿tienen los bedeles que sacarse la licencia de armas para dirigir el tráfico en los pasillos?........ algo no funciona.
A los pocos minutos de mi llegada al servicio me atendió una doctora encantadora, que cuando me vió la cara desencajada que tenía puso todo su empeño en intentar como ella me dijo: "quitarme la tensión que traía". La que se puso tensa fue ella tras ver que lo que parecía un esguince era una rotura. Y desde aquí le agradezco todo lo que hizo para que, a la espera de la llegada de los traumatologos, se me fueran diluyendo los dolores.
Las enfermeras otro tanto. Las pobres, tras dos horas esperando a los trauma, ya no sabían que decirme ni como animarme. Pasaban cada pocos minutos con la sonrisa complice y cariñosa en la cara para preguntarme que como lo llevaba, que si quería algo o si me sentía un pelín mejor después de la banderilla que me habían puesto para el dolor.
Así que tras unas horitas de espera y cuando al fin llegaron los médicos especialistas (para ser sincera, en todo el proceso de espera, tuve algún que otro recuerdo "cariñoso" para algún que otro familiar de los susodichos) respiré de puro alivio....... ¡¡¡¡Al finnnnnnnnnn!!!!. Miraron las placas, deliberaron y soltaron sentencia. El doctor se dirige a mi y con cara de cachondeo ( o lo que yo creí que era eso) me dice: "fractura limpia de peroné, has tenido suerte de que no hubiera desplazamiento y nada, mujer, escayola y tres meses mínimo de vacaciones con muletas".
Me quedé como a la que le dan un regalo o la que le dicen que le ha tocado la lotería: con cara de gilipollas. Coño, si no dolía tanto............ Así que cuando ya me tenían media pata colocada para escayolar me apeé de la burra, y le suelto al trauma: "Oye lo de los tres mese va de coña ¿no?", Y con una sonrisa de medio lado me suelta: "mujer, simpático soy, pero no suelo hacer bromas como esta". Y yo vuelta a preguntarle: "¿seguro qué no es una broma?". Y él muerto de risa, debía ser por la cara de susto que se me puso, y en un intento, creo yo, de tranquilizarme y dejármelo más clarito, se puso a explicarme que había tenido suerte de no haber tenido desplazamiento porque sino hubiera acabado en quirófano, etc, etc, etc. El doctor tuvo una paciencia infinita conmigo, fue cariñoso, asequible y hasta podría decir que familiar. Vamos todo lo contrario de lo que habitualmente escuchas sobre los médicos de urgencias y demás milongas.
Se despidieron todos de mí con la sonrisa esa que no sabes si es cariñosa, de "venga mujer paciencia", aguanta que no es nada, o simplemente de .......... "procura no volver en una temporada"........... jijijijii, y con la misma me despedí yo de todos ellos..............
Conclusión: sigue gustándome el servicio sanitario de este país. No es perfecto ni mucho menos, es bastante mejorable pero sigo opinando que tenemos excelentes profesionales con los que el trato es de quid pro quo ( te tratan como tu los tratas a ellos).
Y desde aquí gracias a todos aquellos que me trataron, animaron y consolaron en el Servicio de Urgencias del Hospital San Agustín, el domingo 7 de septiembre por la mañana.

4 comentarios:

Muirne dijo...

¡Vaya por Dios! ¿Qué hiciste pa' caer, mujer?
Al menos, dentro de lo malo, tuviste suerte con el personal sanitario a pesar de tener que esperar tanto...
Bueno, que te sea leve.
Besinos

Anónimo dijo...

Recuperate pronto Ali, un dia me paso a verte y te llevo esos bombones que suelen llevarse a los enfermitos =P Un besote compañera =)

Alicia dijo...

Pues os juro por mis huesos (jijijii) que no me había dao tiempo ni a pillar una cogorciuca de ná (dos copinas de vino y una de cava, cachisssssss pa una vez que no tenía que conducir y podía pasarme)......... ahora si, un saltón y a un par de bailes de los nuestros si me habían dao tiempo...... Y que conste que no fuí la única en escogonciarse aunque sí la peor parada.

Alicia dijo...

Gracias wapa, Nies como me traigas bombones te asesino..... entre que voy a ponerme cual foquina de Avilés (que no me puedo mover mucho) y encima me cebaís con dulces...... lo justo....... Te agradecería más tu mera compañia corazón........... :-P