jueves, 5 de agosto de 2010

Política de bar......ra

Desde hace tiempo he dilucidado que en esta ciudad se hace la política municipal desde la barra de un bar acompañado de algún colega que otro del partido o de esos que te deben favores y  que en un trance de hacer el pelotillismo, doran la píldora al susodicho políticucho.

Y digo esto porque hace unos días me llamó al móvil un amigo, pero buen amigo ¿eh?, de esos que siempre están ahi cuando los necesitas pero que no tiende a vivir ni en tu casa ni en tu vida y me dice...... "Oye Alí estoy en el Bar XXXX y tengo aqui alado a un "muy buen amigo" tuyo que os está llamando a ti y a XXXX de todo menos bonitos. Esta haciendo gestos ostensibles de meterse la mano en el bolsillo y aunque no he oído bien lo que decía daba a entender que os estais metiendo el dinero en el bolso".( No voy a seguir con lo que me contó porque no merece la pena)

El susodicho personaje del que estaba hablando mi amigo, no necesita presentación ni explicación..... por supuesto. Y lo que estaba haciendo tampoco, claro. Esta es su forma de actuar habitual y no por tal me sorprende. Más bien me sorprendería si en un drástico cambio de personalidad y aptitud (que no actitud) se hiciera ahora muy amigo nuestro y nos enviara flores a casa.

Estas cosas son las habituales por la ciudad de Avilés, donde los politicuchos de tres al cuarto, que deberían dedicarse a la cría del champiñón para la cual se necesita un alto grado de conocimientos y una preparación especial, se dedican a hacer de su trabajo un latifundio.

De todos modos yo como buena hija llame rapidamente a mi madre para ponerla sobre aviso, y que no me llamara más tarde diciendome que la llevara al médico de urgencia porque tenía las orejas ardiendo. Y ya que la cosa no tiene remedio, valía más ponerse orejeras frías por si acaso.

Bueno si que tiene remedio.......... Tic, tac, tic, tac......... mayo 2011 cada vez está más cerca. Y como ya le dije al susodicho no hace muchos días...... "las mentiras se pagan y si te crees que estó durará toda la eternidad te equivocas. Te quedan ni más ni menos que dos arroces para acabar la paella".

Y mientras tanto yo y la gente que me rodea seguiremos a lo nuestro, que es lo de siempre: ni robar ni manipular a nuestro antojo.


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