Leer la prensa comarcal últimamente es un buen ejercicio para poner en práctica los antiguos estudios sobre psicología.
La lectura de hoy me ha llevado a buscar y rebuscar una posible diagnosis para ciertos personajes, y ahora me debato entre la sicología infantil y la cognitiva.
Por un lado tenemos lo que se llama “pataleta infantil” que no es ni más ni menos que una estrategia para controlar la frustración cuando los niños están estresados y no tienen otra manera para controlarla. Claro que, cuando el berrinche es absolutamente desproporcionado la situación pasa a ser una situación preocupante. Aunque lo que intentan es llamar la atención la mejor actuación es no hacerles caso, ignorarlos.
Y por otro lado tenemos el “trastorno narcisista de la personalidad “ que se manifiesta con sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración, y explotación interpersonal. Y esto ya no es tan fácil de manejar.
Si una fuera psicóloga diplomada y sea cual fuere el diagnóstico que se pueda encontrar, lo claro es que a algún concejal, que muestra estos síntomas, le recomendaría una buena consulta psicológica.
Yo con todo esto no se si hacer terapia Zen, o invitar a ese concejal a que la practique, para que su espiritualidad le acerque a autocontrolar sus pensamientos buscando la armonía entre el yo interior y el exterior, y asi que deje de protagonizar estos espectáculos que a la vez de vergonzantes son vergonzosos indignos de la sociedad “democrática” en la que vivimos.
La lectura de hoy me ha llevado a buscar y rebuscar una posible diagnosis para ciertos personajes, y ahora me debato entre la sicología infantil y la cognitiva.
Por un lado tenemos lo que se llama “pataleta infantil” que no es ni más ni menos que una estrategia para controlar la frustración cuando los niños están estresados y no tienen otra manera para controlarla. Claro que, cuando el berrinche es absolutamente desproporcionado la situación pasa a ser una situación preocupante. Aunque lo que intentan es llamar la atención la mejor actuación es no hacerles caso, ignorarlos.
Y por otro lado tenemos el “trastorno narcisista de la personalidad “ que se manifiesta con sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración, y explotación interpersonal. Y esto ya no es tan fácil de manejar.
Si una fuera psicóloga diplomada y sea cual fuere el diagnóstico que se pueda encontrar, lo claro es que a algún concejal, que muestra estos síntomas, le recomendaría una buena consulta psicológica.
Yo con todo esto no se si hacer terapia Zen, o invitar a ese concejal a que la practique, para que su espiritualidad le acerque a autocontrolar sus pensamientos buscando la armonía entre el yo interior y el exterior, y asi que deje de protagonizar estos espectáculos que a la vez de vergonzantes son vergonzosos indignos de la sociedad “democrática” en la que vivimos.
3 comentarios:
Así es Alicia. De golpe y plumazo la prescripción de la píldora postocital pasa de exigir:
-Evaluación de horas desde el coito.
-Evaluación de los fármacos que consume la interesada.
-Evaluación e información de posibles efectos secundarios.
-Cuestionario sobre el motivo que le hace reclamar su uso.
-Evaluación de su capacidad de decisión en menores de 14 años.
-Consentimiento informado firmado por la interesada.
-Registro de cuantas veces (si es el caso) ha usado antes dicho método.
-Entrega de folleto sobre métodos anticonceptivos y su recomendación de uso en consultas de planificación familiar.
-Archivo de los datos recogidos.
A..... ir a la farmacia y decir "Buenas, quería la píldora postcoital".
O lo estabamos haciendo muy mal antes o lo haremos muy mal ahora.
He colocado el comentario donde no era... corresponde a una entrada anterior.
jajajaj no pasa nada. Pero es duro ver que vamos de mal en peor. Y los más perjudicados los jovenes
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